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Villafranca a ritmo de órgano

(Artículo firmado por Laura Díez en El Periódico Extremadura)

Tras varios años de espera, ahora que se sabe que a finales de este se completará el proceso de restauración del órgano del Santuario de la Coronada de Villafranca de los Barros se siguen con gran atención por parte de la Hermandad y de muchos fieles amantes de la música. No en vano, la recuperación de esta pieza significa para la Ciudad de la Música rescatar una parte muy importante de su patrimonio sonoro.

Se trata de la rehabilitación de un órgano del siglo XIX ubicado en el Santuario de Nuestra Señora de la Coronada, uno de los pocos órganos de esta época que existen en Extremadura. Data de 1865 y aunque no está totalmente confirmada la autoría, todos los datos apuntan a Marcial Rodríguez Maroto, maestro de Avila. Dada su importancia dentro de la región, la Dirección General de Patrimonio ha apostado por esta restauración, cuya inversión supera los 10.000 euros.

El órgano se conserva casi al 100% en su estado original, aunque se investigó una reforma de 1886. La restauración ha consistido en limpiar los secretos y conductos, valorar el estado de las conducciones y mecánica, reponer las pieles en mal estado. Además, se ha limpiado tubo a tubo, enderezado los abollados, recompuesto las lengüetas, ajustar la mecánica e incluso incorporado un ventilador eléctrico.

Según el organero Manuel Luengo, el proceso de rehabilitación ha sido lento puesto que "son piezas delicadas, además conlleva un necesario seguimiento posterior y sobre todo la necesidad de darle un uso de forma que se mantenga en el buen estado en el que se deje tras el proceso". Durante estos días, Luengo permanece durante horas en el santuario para devolver las piezas a su lugar original y antes trabajó en este proyecto desde su taller de Jerez de la Frontera.

El instrumento tiene un teclado manual de 49 teclas guarnecidas de hueso y ébano, así como doce teclas para los pies en forma de botones. Dispone de ocho registros de mano izquierda y nueve registros de mano derecha, una característica exclusiva de los órganos barrocos ibéricos y ofrece al organista una amplia gama de combinaciones de registros. Pero la parte más importante del instrumento es la tubería, que aunque estaba muy deteriorada, una vez restaurada, volverá a sonar como hace 140 años.

El organero señala que "se ha realizado una restauración integral del instrumento aplicando en todo el proceso las mismas técnicas y materiales utilizados en su construcción: pieles de cordero especialmente tratadas para las distintas aplicaciones en los fuelles o secretos, colas orgánicas, planchas de estaño, etcétera". El único elemento moderno que se integra en el instrumento es una turbina eléctrica para la alimentación de aire, porque, al fin y al cabo, Luengo destaca que "lo importante en un elemento restaurado es que tenga uso".