Páginas

AHORA TÚ HACES VILLAFRANCA DIGITAL. ESCRIBE UNA NOTICIA O COMENTARIO EN TWITTER CON EL HASTAG #VILLAFRANCADELOSBARROS Y SERÁ PUBLICADO AL INSTANTE

TUS MENSAJES

NOS VISITAN DESDE...

Multitudinaria presentación del libro póstumo de José Antonio Soler

La presentación del libro "De entre los pliegues de la memoria" se ha convertido en un multitudinario acto de homenaje y reconocimiento a su autor: José Antonio Soler Díaz-Cacho, que dedicó a la obra sus últimos cuatro años de vida.
 El director del instituto "Meléndez Valdés", Fernando Merino, destacó que José Antonio Soler "dedicó su vida a su familia y a su trabajo de docencia e investigación" y agradeció a la familia que decidiera presentar el libro en el centro.
Mario Soler, hijo del autor, resaltó de la obra la forma exquisita de tratar la historia "buscando la verdad sin huir del compromiso". Añadió que el objetivo de su padre con el libro es "desmitificar el pasado" y para ello han sido fundamentales los 30 testimonios orales recogidos, completados y  contrastados con documentos de archivo.
La historiadora Alicia Alted,catedrática de Historia Contemporánea,  resaltó la "fuerza de voluntad y entereza" de José Antonio Soler y su formación como historiador e investigador.
Recordó el origen del libro, como tesis doctoral, y valoró el interés del autor por probar documentalmente, de forma rigurosa y "sin revanchismo", lo sucedido en Villafranca en ese periodo histórico.
"Este libro será un hito en los estudios sobre la historia local y el análisis del fenómeno de la represión y sus consecuencias", aseveró.
"De entre los pliegues de la memoria" recoge distintos episodios históricos ocurridos en Villafranca de los Barros entre 1931 (Segunda República) y 1959 (primer franquismo). La obra ya está a la venta en librerías de Villafranca.

10 comentarios:

A.C.M. dijo...

Un magnífico documento para que se sepa la verdad de lo que pasó en esos años y más concretamente en el verano y otoño de 1936. Una represión brutal dirigida por el dictador Franco.Aunque no aparecen los nombres y apellidos de los represores, si aparecen las iniciales y sabemos quiénes son. Enhorabuena a Mario y su familia, aunque ya se las di ayer en persona.

Anónimo dijo...

Un guerra es una guerra, unos ganan y otros pierden discutir esto es tontería.

Lo que si debe perdurar en la sociedad es que una guerra civil es lo peor que puede ocurrir en una socidad y los democratas no debemos permitir que politicos chavacanos de hoy en día utilicen la desgracia de algunos en aquél entonces para sembrar odios y reencores ahora con el único fin del beneficio elctoral particular.

Anónimo dijo...

Y con los que estan enterrados(como perros)en las cunetas,que hacemos?.Anonimo de las 16:22 eres muy poco sensible e injusto,por decirlo de una forma suave y educada

Anónimo dijo...

uff.
Es lo peor. pero habia que saber la verdad.
Y cual es?
La que describe fco.espinosa o la que describe rguez. williams.
Es de autentica vergüenza que a estas alturas los ciudadanos no sepamos qué pasó realmente en ese penoso período. Y hay documentos...................

Anónimo dijo...

¿QUIEN LLEVA RAZON?¿QUIEN CUENTA LA VERDAD?pero ,sabiendo que los hay ¿dejamos a los fusilaos en las cunetas?

Anónimo dijo...

A.C.M "..no aparecen los nombres ni los appellidos de los represores, si aparecen las iniciales y sabemos quienes son"..seguro que lleva toda la vida desencriptando iniciales, aún sabiendo que represores fueron ambos bandos, o por lo menos pensandolo, aún no diciendolo, claro, pues entonces le podrían encuadrar en algo de lo que no pretende..quien sabe? igual lo tacharían de sincero, pero claro, en la sociedad española del odio y de la envidia, esa palabra no existe, pues como usted sabrá "la historia se escribe segun el celo de los historiadores, y hoy día, como vemos en la foto, de escribir y de la historia, todo el mundo parece ser experto

MarioSoler dijo...

1ª PARTE

A.C.M. gracias por tus agradecimientos, en el comentario y en persona, extensible y dedicada a mi padre, autor del libro y de la investigación, el verdadero actor y director de la obra y, como no puede contestar, lo hago yo por él si me lo permites. Más que los nombres y apellidos, el enfoque que le dio mi padre al libro fue pensando en los hechos y, sobre todo en las víctimas, los protagonistas y, casi siempre, los olvidados.

Por cierto, al respecto, (anónimo 23 dic. 00:33), documentos directos no quedan muchos, por no decirte que no existen. Aunque no deja de sorprender el que personas vinculadas a individuos que ejercieron el poder durante el periodo oscuro de la represión inmediata, posterior a la ocupación del pueblo por el ejército sublevado, personas que siguieron disfrutando de parcelas importantes de poder durante el franquismo, y que controlaron la administración local durante cuarenta años, se atrevan a rasgarse las vestiduras, y además lo reflejen en un medio público, ante el hecho de que los archivos municipales estén huérfanos de información de los periodos más negros de nuestra reciente historia local, cuando, como todo el mundo sabe, fueron ellos mismos quienes procuraron dejar el menor rastro posible de sus actuaciones, consumada la presumible llegada de la democracia. Sus actuaciones y acciones anteriores al final quedaron impunes, sin necesidad de una ley de punto final. Cierto que algunas órdenes para destruir los archivos llegaron de arriba, en tiempos de Martín Villa, pero mucho ya se había espulgado, por si acaso, de forma que es necesario cierto cinismo para invertir la carga de la prueba planteando el hecho de forma que la culpabilidad recaiga en alguien indeterminado, cuando lo que caracteriza a cualquier régimen autoritario, y a sus servidores, es el hecho de que nada se mueve sin el consentimiento del “jefe” local.

Por eso, como historiador, es tan importante la investigación histórica, la rigurosidad y el cruce de las fuentes. La verdad es y existe, pero desde la historia hay que acercarse a ella con fuentes, y hablo en plural porque la contrastación es básica, es esencial. Sirva uno de los ejemplo que se encuentra en el libro, ya que los citas:

Antes del 12 de mayo de 2010, fecha en la que José Antonio Soler terminó este trabajo, varios autores habían cifrado ya las muertes violentas que se produjeron en Villafranca en este periodo: en concreto, Espinosa Maestre, en su publicación La Columna de la Muerte, recogió un total de 234 personas ejecutadas; Gutiérrez Casalá, en su trabajo La guerra civil en la provincia de Badajoz, contabilizó 197 muertes irregulares; por el contrario, Rodríguez Williams, en su libro Tres días de agosto, sólo llegó a presentar un total de 150 personas ejecutadas en Villafranca.

Recurriendo al Registro Civil de Villafranca, José Antonio ha localizado 255 inscripciones de personas ejecutadas, cifra obtenida tras descontar un número significativo de registros duplicados como señala en el capítulo sexto del libro. Además, los testimonios orales, el acceso a otros archivos y documentos, y el cruce de información, le han permitido presentar en este libro un número de ejecuciones que se aproxima a las 350 personas. Cifra de asesinados que, si atendemos sólo a los testimonios orales, sin contrastación de otras fuentes, debió ser considerablemente mayor, puesto que la mayoría de las personas entrevistadas elevan esa cantidad al doble, incluso la concretan de forma precisa como comenta uno de ellos a través de la siguiente frase: “Todavía, algunos de aquí, de Villafranca, justifican los 723 asesinatos que ha habido en el régimen de Franco.”

Pero la historia se hace con fuentes, y más en un periodo donde intentaron que desaparecieran.

MarioSoler dijo...

2ª PARTE

Anónimo del comentario 5 de enero, es evidente que, a la hora de trabajar el periodo más delicado de los recogidos en este trabajo, el transcurrir del tiempo ha originado que la mayoría de las personas que fueron funestos protagonistas de los hechos hayan desaparecido, e incluso los familiares de la generación siguiente. Por esa razón, José Antonio consideró conveniente omitir las referencias personales a denunciantes y verdugos, ante la imposibilidad de pedir cuentas por la vía moral o judicial. Es el argumento que esgrimen todos aquellos que plantean la necesidad de pasar página y cerrar, sin más, esta etapa de la historia de España en general, y de la historia de Villafranca en particular. Al contrario de lo que plantea nuestra religión sobre la naturaleza del pecado original, los hijos y nietos de los represores no son responsables de las acciones de sus antepasados, como demuestra el hecho de que en muchos casos sus descendientes se han situado en campos ideológicos opuestos a los de sus padres, a pesar de que a más de uno el franquismo lo catapultó socioeconómicamente.

Sin embargo, las personas entrevistadas han escudriñado Entre los pliegues de su memoria, en un ejercicio a veces doloroso, para confiar a la sociedad sus recuerdos, con el fin de que sean hechos públicos. Por esa razón, una vez que José Antonio obtenía cualquier tipo de información relevante e inédita, su deber era darla a conocer, con objeto de crear estados de opinión que prevengan de actuaciones tan singulares como las que se dieron en 1936, y que también alerten a la comunidad para que hechos tan deplorables como los ocurridos en el verano y el otoño de ese año no se vuelvan a repetir. De este modo, José Antonio ha optado por reflejar sólo las iniciales de los nombres o apodos del personal responsable de cometer acciones repudiables o violentas.

La mayoría de estas personas, hombres y mujeres, han sido debidamente identificados por los testigos que han sobrevivido al paso del tiempo. A pesar de que algunos ciudadanos que se prestaron a ser entrevistados manifestaron su deseo de que se relacionase claramente a los represores, para que pudieran ser reconocidos sin ningún tipo de duda, José Antonio llegó a la conclusión de que no era relevante la publicación del archivo que fue conformando, a lo largo de la etapa de documentación de este trabajo, y que, con el nombre de Delatores y Ejecutores Locales, ha quedado custodiado en el Archivo de la Familia Soler-Martín. Porque la idea que movió a José Antonio, desde el inicio de la realización de esta trabajo, no era la de fomentar el revanchismo.

Pero anónimo del comentario 6, ¿quién eres? Preséntate y te invito a conocer los nombres escondidos detrás de las iniciales.

Otra cosa, te puedo asegurar, porque yo también soy historiador entre otras cosas, que la historia no siempre se escribe según el celo de los historiadores. Existen historiadores de verdad. Además, se te ha olvidado otro dato importante en ese cosmos de la subjetividad, el lector y su celo. No es lo mismo que lo lea un descendiente de los de las iniciales a que lo lea un familiar de los que salen en la lista de los trescientos y pico del final.

Por último, Anónimo del comentario 6, en la foto no sale el autor del libro, mejor dicho, no se le ve porque, por desgracia, no está. De las tres personas, y mi padre cuatro si me lo permites, aunque sea de manera simbólica y como autor del libro, tres somos licenciados en historia; dos son doctores en historia y, entre todos, sumamos más de 100 publicaciones, entre libros y artículos. Creo que de historia y de escribir algo sabemos ¿no? ¿Tú qué crees, o no te referías a esta foto?

Anónimo dijo...

Enhorabuena Mario,por el libro de tu padre,y, por estos comentarios tan ilustrativos y desgraciadamente reales.Pero estoy seguro que el anonimo 6 no va a ir a conocer los nombres escondidos,si me equivoco,me lo haces saber a traves de este blog,y ,yo me disculpare con ese anonimo,en este sitio,con mi nombre y apellidos.saludos

Anónimo dijo...

El anónimo del comentario 6 Mario no se va a presentar por que posiblemente sea un cobarde igual que los golpistas asesinos que sesgaron cientos de vidas inocentes en el verano del 36 en Villafranca.