La firma de moda María Ke Fisherman, creada en 2009 por la villafranquesa María Lemus y Víctor Alonso, desfila por segunda vez en EGO de Cibeles Madrid Fashion Week para ratificar el éxito obtenido en la anterior edición de la pasarela de jóvenes diseñadores integrada en el calendario oficial de la Semana de la Moda madrileña.
María Ke Fisherman vuelve a EGO para continuar mostrando su “multiverso” de detalles que se multiplican hacia lo infinitamente pequeño, en prendas de cortes naturales y femeninos. Los diseñadores, afincados en Madrid, continúan apostando por una moda para jóvenes de espíritu, en la que predomina el estilo callejero y deportivo, combinando las técnicas artesanales con los procesos y materiales técnicos más innovadores.María es una niña enamorada de un viejo pescador griego que siempre lleva un geranio rojo en la oreja, testigo de un antiguo desamor que se convirtió en tragedia. El nombre de la marca alude a esta historia de amor imposible entre María y (‘ke’, en helénico) el pescador; se refleja también en su logotipo, constituido por dos cisnes cruzados que forman un corazón sobre un ancla marinero.
María y Víctor –Fisherman, según dicen- se conocieron en Madrid por ineludibles casualidades en el año 2007, en el contexto de la descastada corriente artístico-festiva del enérgico barrio de Malasaña.
María había estudiado un año de Empresariales, se había diplomado en Magisterio y se encontraba realizando el proyecto final de sus estudios de Diseño de Moda en el IED, para presentar la colección de la firma ficticia Boutique París en el Museo del Traje y en la pasarela Costello en Madrid. Víctor estaba acabando una licenciatura en Ciencias Ambientales mientras exploraba y practicaba de manera autodidacta los cánones del street art y el diseño gráfico.
Juntos vieron que sus elencos artísticos y vitales no sólo eran compatibles en numerosos puntos de apoyo básicos, sino que además se multiplicaban al completar las necesidades sensibles, físicas y estéticas uno de otro. Entre 2008 y 2010 confeccionan dos colecciones cápsula; Rumba Invertebrada, de vestidos de punto hechos a mano combinados con leds y una serie de sudaderas de inspiración futurista, nipona y animal ya bajo la marca María ke Fisherman. En septiembre de 2010 amplían sus horizontes presentando su colección p/v –Mi primera Paloma- en EGO de Cibeles, exhibiendo una compilación en la que comparten perchero vestidos de ganchillo y jerseys hechos a mano, algodón, plástico, estampados reflectantes y alguna “chupa” recortada de vida plástica que cubre sedas transparentes. Compuesta por formas suaves e inocentes, colorido templado y toques flúor; agujeros sugestivos y transparencias de tejidos calados amurallados por elásticos de tierna lencería que descubren la feminidad más adulta. Aprovechan la plataforma que les dispara como firma joven y les consolida como una de las más frescas, atrevidas y originales.
El éxito de esta primera aparición en la pasarela grande, reflejado en la crítica, se consolida con el interés mostrado por numerosos medios de comunicación, en forma de entrevistas en algunos de los principales magazines de género –Tendencias Fashionmag, Must, H Magazine... Promueven también numerosas editoriales en grandes revistas de moda –Glamour, Tendencias…– llegando a aparecer en portada de Vogue Girl en Corea, demostrando esa faceta visionaria que demuestra la orientación de la firma hacia la vanguardia, que se percibe en sus cortes relativamente sencillos y en la infinidad de detalles que con una ideología fractal multiplican el valor de sus prendas.
La EmpresaMaría ke Fisherman Corporation se creó en noviembre de 2009, como una necesidad creativa que se anticipa a la necesidad social que se viene emplazando en los últimos tiempos en las potencias más progresistas –Tokio, Seúl, Nueva York, Londres…– en forma de corriente artística, musical, creativa y estética. Con una visión irónica y desenfadada de la vida, sus prendas transmiten estos valores sin olvidar la elegancia renovada que requiere el nuevo milenio.
Esta tendencia urbanita que busca el individualismo como forma de ser está presente en todos los aspectos de la firma. Dirigida por estos dos jóvenes creadores, transborda la exigencia creativa y material hasta la suntuosidad, generando prendas con vida propia que estallan, sin delimitar al sujeto que las viste, en un crisol de estados de ánimo positivos y audaces.
La empresa actualmente basa su estrategia en la creación de pequeñas producciones de calidad, elaboradas en parte artesanalmente, y una distribución en puntos de venta escogidos cuidadosamente.Combinan las técnicas artesanales con los materiales y procesos más innovadores, lo que permite erigir prendas únicas de gran calidad estética y práctica, siempre dándole muchas vueltas y nuevos usos a la tradición, mirando hacia adelante, tratando de olvidar las décadas anteriores para poder avanzar hacia los nuevos años ’10.
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